Sobre fraudes y defraudados…

defraudar.
(Del lat. defrauda-re).
1. tr. Privar a alguien, con abuso de su confianza o con infidelidad a las obligaciones propias, de lo que le toca de derecho.
2. tr. Frustrar, desvanecer la confianza o la esperanza que se ponía en alguien o en algo.

El tema se niega a morir y si lo hace es porque mientras haya vivos que presenten sus artimañas como algo útil y legal, siempre va a haber gente que caiga en sus trampas. Hay poca gente más esperanzada que los escritors inéditos de poder ver algún día sus obras publicadas, de cualquier forma posible. Esa esperanza ciega hace que, a veces, caigan en las trampas astutas de aquellos que conocen el negocio editorial y son concientes de dicho sentimiento. Ésta es la historia de una de esas personas que cayeron en manos de la gente equivocada.
Hace unos días alguien dejó un comentario en mi bitácora a una pequeña nota que escribí hace unos meses sobre la editorial Jamais y su dueño, el Sr. Santiago Rojas. Como podrán leer, el comentario gotea hiel para con la persona de Santiago Rojas. Cuando lo recibí le mandé un mensaje a Jorge Gómez Jiménez de Letralia con la intención de comentar de que el tema parece zombi y no hay forma de matar a lo que se rehusa a morir. Lo interesante es que por esos días, Jorge tambíen recibió un mensaje similar de la misma persona. Hoy Jorge escribíó un atinado comentario sobre la situación en la que se encuentran muchos escritores que caen en la tentación de pagar para ser editados. Jorge dice:

Editarse a sí mismo, que es lo que realmente se está haciendo cuando se le paga a alguien para publicar —inclusive cuando ese alguien ostenta con rimbombancia un sello de editorial—, es una forma de mostrar lo que se escribe, pero nunca es una medida de la calidad de lo que se escribe. Amargamente lo aprendieron los autores que resultaron estafados por Jamais, y es la lección que queda de todo esto.

Me gusta. Jorge nos hace notar el problema real de fondo que hace que éste tipo de situaciones se incorporen. El problema es mucho más grande que la situación particular del Sr. Pedro López, pero, con tanto veneno que ha escrito en lugares como Letralia, Estandarte, el mio, y otros foros más, no puedo imaginarme en que deudas posiblemente el Sr. Pedro López se haya metido para pagar su “entrada” al mundo literario, sólo para encontrarse con que la función a la que iba a asistir era en un teatro del que lo único que existe es una fachada sin fondo…

2 thoughts on “Sobre fraudes y defraudados…

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