Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,

cuando hace el calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor,

Siempre quise escribir algo que empezara con estos versos. Aprendí este poema, que en realidad se conoce como un “romance” y es de una procedencia muy antigua y anónima , cuando estaba en la secundaria. Ha sido, para mi, uno de esos poemas que se le quedan grabados a uno en la mente y que, como las canciones con mala letra, uno repite, entre dientes, una y otra vez. Cada vez que pienso sobre el primer párrafo de esa novela inédita que reside en mi mente, estos versos saltan al frente y me digo “¿Porqué carajo me persiguen? ¿Qué significan?” Lo que sí se es que significan algo.

Casi treinta años han pasado desde que los aprendí. Éstos primeros ocho versos muestran una imagen de una primavera muy cercana al estío. Tiempo en que el calor empieza a sustituir a la brisa tibia de abril y que parece sentirse más caliente, de puro contraste con ésta última. Tiempo en que la calidez incita, paradójicamente, a la cercanía de los cuerpos. En donde el amor se siente en el aire y es el aire el que propaga el deseo. Pero lo interesante, y también lo triste, es que es un canto a la libertad, no al amor en si, sino a una libertad perdida, una libertad añorada e imposible de obtener. Los últimos versos nos muestran ese añoro y también la pérdida de aquello que le daba al prisionero un enlace con la realidad, la marca del paso del tiempo que le era brindada por la avecilla. Sin ella, la oscuridad y la monotonía de su propia respiración, la soledad, le enloquecerán sin remedio.

sino yo, triste, cuitado,

que vivo en esta prisión,

que ni sé cuándo es de día

ni cuándo las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero,

déle Dios mal galardón.

Es en éste tiempo de reacciones rápidas y contundentes, a cualquier tipo de acoso, la maldición echada por el pobre prisionero es totalmente anacrónica. Es sólo el deseo de que sea Dios el que castigue al ballestero. No hay animosidad de parte del prisionero, sino una entrega que puede venir solamente del reconocer la inevitabilidad de su situación. El saber que el poder de castigo no está en sus manos y le es brindado a algo que puede alcanzar más allá de los muros que le confinan.

Tantas cosas contenidas en éste romance… Visiones de campos floridos, meses cálidos, amor y deseo, añoro por una libertad no obtenible , lamento por la pérdida de algo tan simple como el canto de un pájaro, canto que le mantiene en su cordura, y una maldición soltada casi con desgano, totalmente resignado a su destino. Es éste el tipo de versos los que han dado pie a tanta poesía romántica en nuestra madre lengua. Será por eso que estos versos resuenan en mi mente como estribillos de un cancionero que proviene de esos siglos en los que el romance y la cordura parecían llevarse de la mano.

¿Habré exorcizado el romance de mi mente con estos comentarios? Hmmm, no, todavía está allí… Supongo que, si no se ha ido en tantos años, me seguirá por toda mi vida. Y está bien. Ya no me molesta. Me acompaña con imágenes que pueden alimentar cualquier tipo de escritura, y éso, justamente éso, es lo que realmente quiero.

7 thoughts on “Romance del prisionero

  1. Quien escribe este articulo?
    =================
    Lo escribió el que acaba de aprobar tu comentario… 🙂
    Luis Andrade

  2. Muchas Gracias,necesitaba saber para un peque~no analisis del romance, que estoy escribiendo para la clase de literatura.
    ==============
    Y vas a usar mi artículo para tu clase de literatura?? No me hago responsable por las malas notas!! jajaja.
    De todos modos, gracias por encontrar interesante la nota.
    Saludos,
    Luis

  3. Me encanta saber que no soy la única que le quedó grabado de por vida,yo tuve sobresaliente por citar,dicho cancionero y me quedó tan clavado que aún se lo recito a mi hijo y no se olvida.
    En mi libro iba acompañado,de una alondra con su flecha clavada,y las rejas de la carcel
    saludos

  4. Realmente es un precioso romance al igual que teresa me quedó grabado desde la primera vez que lo lei que fue en el año 1981. Yo estaba en cuarto año del secundario y le puse música y me saque un 10 en Literatura.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.