Hace muchos años que estoy suscrito a Informe Uruguay. Aunque no siempre leo los artículos, la nueva edición de esta semana (Nro. 294) me llamó la atencion por un artículo sobre Eduardo Galeano escrito por la Sra. Helena Arce. La nota es bastante larga y la pueden leer al conectar con el enlace que está debajo. Una de las cosas que me llamó la atención, entre otras cosas, es el párrafo final:
Eduardo Hughes Galeano en Informe Uruguay
Solo la duda sobre cuanto bien le puede hacer a las mentes que envuelve con sus bellos escritos, sin la más mínima información científica, opinando de los temas que se le ocurren sin alertar a quien lo lee, que son únicamente sus opiniones.
No me queda más que preguntarme: ¿La Sra. Arce piensa que todos los lectores de Galeano son estúpidos?, ¿que les falta independencia y un criterio propio para formar sus opiniones sobre lo que leen?
No voy a defender a Galeano porque tengo mis propias diferencias con muchas de sus opiniones, aparte de que el tipo se defiende bien solo. Lo que si voy a tratar de decir es que no todos los lectores se tragan todo lo que leen, de buenas a primeras, sea de autoproclamados profetas con domino de la prosa, o de cualquier opinante que pueda hilvanar oraciones con algo de sentido.
A lo que voy es, los que leen a Galeano como al segundo mesías, merecen ser anexados a la esfera de su omnipresencia sapiencial para brindarle tanta adulación como pueda soportar. Pero también hay de los otros, los que lo leen sabiendo muy bien que las suyas no son más que las opiniones personales de una persona observadora y que tiene el privilegio de plasmarlas de una forma clara y elocuente. De ahí a que se convierta en profeta a los ojos de nadie hay un largo trecho.
Lo que me da pena de todo esto es que parece que la larga cultura de café que había en Uruguay se ha perdido completamente. En la generación de Galeano, y en varias antes que el, vivieron y coexistieron unos cuantos “opinantes” de su mismo calibre y con tanto dominio de la palabra como la suya. Todos debatian entre ellos en aquellos cafés que nos brindaban las calles de Montevideo. Estoy seguro que a ninguno de ellos, por más diferencias que tuvieran, se le hubiera ocurrido insultar la inteligencia de sus interlocutores aclarándoles que lo que opina un tercero no es más que su opinión y que no debe tomarse como palabra divina…
Estimado Luis como vera acepte su invitacion y me vine a leer su blog No insulto la inteligencia de todos quienes leen a Galeano Le sugiero vuelva a leer mi articulo Yo dije claramente en mi articulo lo siguiente:
Tal vez se piense que no es de recibo comparar a Maradona con Galeano, en realidad no los comparo a ellos, sino a quienes reciben las opiniones del primero con la ansiedad del fervoroso religioso que espera para tomar una decisión cual es la opinión del cura de su parroquia, y lo mismo a quienes les sucede con Galeano. Existen personas que lo leen con espíritu de autocrítica, deleitándose con su prosa pero siendo capaces de entender que no necesariamente lo allí escrito es la “verdad”, y otros que lo leen con el espíritu mencionado para Maradona”.
Por lo tanto creo que no insulto la inteligencia de nadie y si dejo claro la diferencia Gracias por leer mis articulos y tomarse el trabajo de contestarlos, que de eso mas que nada se trata Helena Arce
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Estimada Helena,
Gracias por comentar mi nota sobre su artículo en Informe Uruguay. Fíjese que a veces las segundas impresiones no son tan malas y el diálogo siempre es bueno. Me alegro que haya aclarado su punto con parte de su artículo, que por supuesto leí.
Yo creo que podemos discutir esto ad nauseam y hay temas mucho más importantes que Eduardo Galeano (con mis más merecidas disculpas a su lastimado ego; el de Galeano, claro…) Lo que si quiero aclarar es que, aquellos que leen a Galeano con ojo crítico y una mente abierta e inquisitiva, van a encontrar muchas cosas, agradables y desagradables, sin mencionar algunos bolazos irrisorios. Eso es el punto de mi comentario, al leer su nota y pensar: ¿cómo puede pensar la Sra Arce que los que tienen la capacidad de leer la prosa de Galeano no tienen la capacidad de ver al hombre detrás de sus palabras?
Su comparación con Maradona me gusta, quizás no por el mismo matiz que Ud. le da en su nota, sino como peldaño a un cinismo práctico que me dice que aquellos que, como corderos, se encandilan en idolatría hacia un mesías filosófico de turno, tienen merecido que dicho mesías sea dueño de su alma y comprensión. Es decir, o cierran los ojos brevemente frente a la luz que los encandila y recapacitan, o están perdidos y su destino pertenece a un tercero que piensa por ellos. Esos no tienen cura externa. Como su nota suena como advertencia y despertador para los encandilados, y por encandilarse, mi posición es apuntar a la futildad de dicho emprendimiento.
La buena noticia, supongo, es que creo que la mayoría de los lectores de Galeano pertenecen, como Ud. y como yo, al bando de los que lo leen con ojo crítico y no se dejan encandilar. De allí que decidiera comentar en defensa de la inteligencia de esa mayoría. A los otros, en la minoría, su destino se encargará de ellos.
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que esté equivocado y seamos la minoría… Si es así, como dijera algún cómico, sonamos! Los zombies, en fervor idólatra, van a salir a cazarnos.
Un saludo cordial,
Luis Andrade
Espero que usted tenga razon Es que a veces me entra la desesperanza viendo que la gente cada vez se niega a pensar en escalada
Personas de una intelectualidad brillante como la de Galeano pueden ser la perdicion para aquellos que no practican el saludable ejercicio de pensar por si mismos Tienen preconceptos y se ven reflejados en alguien asi y se ciegan Pero anhelo que sea asi como usted dice Que sean los mas quienes aun quieren pensar por si mismos Aun aquellos que compartan las posiciones de Galeano, que las analicen y dandose el lugar a la duda, sea por si mismos que deciden estar o no de acuerdo Saludos cordiales Helena
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Amen!!
Gracias y saludos,
Luis